-Una normativa que tarda en elaborarse 7 años, son síntomas de que la administración autonómica funciona con una pésima gestión. Demuestra muy pocas ganas de provocar el crecimiento económico. Aparte del gasto que conlleva hacerlo en tan largo plazo y que las circunstancias sociales cambian, cuando se termina hay que empezar de nuevo.
-Bendodo advierte de que Andalucía no saldrá de la crisis mientras esta normativa siga frenando el crecimiento de la comunidad
Málaga, 3 de febrero de 2014.- El presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, en representación de los alcaldes malagueños de la formación, ha exigido hoy a la Junta de Andalucía la derogación del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) para que se le dé un impulso a la construcción que reactive la economía y genere puestos de trabajo.
En este sentido, el presidente provincial ha advertido de que Andalucía no saldrá de la crisis “mientras esta normativa siga frenando el crecimiento de la comunidad”, en una rueda de prensa en la que le han acompañado el presidente del Consejo de Alcaldes del PP malagueño, José María García Urbano, y los alcaldes de Mijas, Ángel Nozal; Fuengirola, Esperanza Oña; Alhaurín de la Torre, Joaquín Villanova; y Carratraca, Marian Fernández.
“Hemos mantenido una reunión de trabajo en la que hemos analizado cómo el entramado legislativo creado por la Junta para demonizar la construcción ha afectado a este sector, y las última promesas de la presidenta andaluza al respecto nos parecen insuficientes”, ha apuntado el dirigente popular.
Bendodo considera que cuestiones tan importantes como la recuperación económica, el empleo y el crecimiento, “pasan por sectores como la construcción, por lo que es importante detenernos en el urbanismo y propiciar una reactivación que el PSOE lleva años impidiendo de forma inexplicable”.
“Para corregir la actual situación no basta con agilizar los PGOU, ya que están sujetos al POTA, que es lo que de verdad frena el desarrollo”, ha explicado el dirigente popular, que ha sostenido que “si de verdad la Junta quiere reactivar la construcción y revitalizar el urbanismo, es necesario afrontar el problema con firmeza, no con gestos tibios de cara a la galería”.
Hechos como que todos los planes generales de la provincia tardan una media de ocho años en tramitarse, y que la vigencia de la mayoría es precisamente de unos 8 a 10 años, “hace que entren en vigor cuando están prácticamente obsoletos y las necesidades urbanísticas del municipio en cuestión han cambiado completamente”.
“Hay trámites que necesitan permisos de más de cinco áreas distintas por culpa de un POTA restrictivo y nada flexible que ahora Díaz parece que intenta solventar prometiendo una agilización, a nuestro parecer insuficiente, en los PGOU”, ha criticado Bendodo, que ha lamentado que la fotografía del urbanismo en Málaga sea la paralización, “problema que se agrava a medida que afloran nuevas normativas, como el Decreto Litoral, última ocurrencia del bipartito”.
Al respecto, ha señalado que “la peor consecuencia no es el retraso, sino el agujero económico que ocasiona esta situación”. “Estamos hablando de pérdidas millonarias que seguirán produciéndose mientras Susana Díaz no actúe con rapidez”, ha recalcado.
Por ello, los regidores del PP malagueño han propuesto una simplificación del “laberinto legal” en el que se ha convertido el urbanismo en Andalucía, y que pasa por la derogación del POTA y la retirada del Decreto del Litoral, paralizado por el Tribunal Constitucional ante el recurso presentado por los populares.
Por último, ha reclamado a Díaz mayor inversión en obra pública “si de verdad quiere propiciar un cambio en el sector de la construcción, ya que en la provincia de Málaga en 2013 se invirtió en este capítulo un total de 51,6 millones, lo que nos deja a niveles de 2001”.
Por su parte, los alcaldes presentes han expuesto algunos ejemplos de las consecuencias de la actual normativa urbanística en Andalucía, como los siete años que se ha tardado en tramitar el PGOU de Fuengirola; las dificultades de Carratraca “para mover un ladrillo” al ser Bien de Interés Cultural; los siete meses que ha esperado un vecino de Mijas para cambiar su bañera por un plato de ducha; la paralización desde 2010 de la Ciudad Aeroportuaria en Alhaurín de la Torre; o la imposibilidad de Estepona para modificar el PGOU por las restricciones del POTA.
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